LA MESA CAMILLA Y EL BRASERO

Querido internautas hoy voy a escribir de la mesa 
camilla y el brasero, yo muchos artículos lo escribo
de la vida cotidiana, de mi infancia creo que es 
bonito recordar un pasado no muy lejano, que cuando
pase nuestra generación pasara al olvido,gracias. 

Quiero empezar recordando una casa en un patio de 
vecino con la cocina colectiva y el retrete comunitario
había casas con una habitación con 2 o 3 camas de 
tubo y en el centro la reina de la casa la mesa 
camilla, hay se centraba la vida de la familia, 
empezaremos por el Brasero.
El ritual del brasero se empezaba a media tarde en el 
patio interior de la casa, balcón o azotea, con picón y 
cisco adquiridos en alguna de las carbonerías de 
aquella época. Al encender la copa, había que tener 
la precaución y evitar que se quemara algún tizón, el
cual era apartado y apagado inmediatamente una vez
detectado, para evitar la peligrosa intoxicación por 
monóxido de carbono. Una vez bien encendida y 
cubierta ya con el cisco tornado de color gris ceniza,
se llevaba a la camilla y se introducía en el hueco del
rodapié de la mesa y allí, ajustado y quieto, se atizaba
con el badil apareciendo como un volcán en erupción 
vomitando lava.Una vez preparado se sentaba la 
familia y comenzaba la charla, los juegos de mesa,
como la célebre lotería o el parchís, o en las casas 
más religiosas el rezo del Rosario. No había casa que
se preciara de ser isleño y que no tuviera una mesa 
camilla. En ella se comía, se escribía, se jugaba y se
estudiaba. Servía para que el practicante hirviera la
jeringa sobre la tapa del estuche lleno de alcohol con
la llama azulona, que nada más verla, nos entraba
descomposición y temblor de piernas temiéndole a
la inyección de balsámicos que nos había recetado.
Sentados alrededor de la mesa camilla, la familia 
escuchaba en la radio, algunos provistos de ojo 
mágico, todos sus programas preferidos. El principal
era el Parte Nacional de la noche, que aparte de 
servir para informar lo que interesaba al Régimen,
valía principalmente para poner los relojes en hora.